lunes, 17 de enero de 2011

Diario de un enamorado.

Centésimo día como enamorado.

Cien días ya. Queda bonito, gracioso. Una cifra más, muchas menos de las que vamos a alcanzar. Aunque, lo mejor de todo, es que han sido los cien mejores días de mi vida, mucho mejores de lo que jamás podría haber imaginado. Los cien días que han sobrepasado mis espectativas. Los mejores miles de segundos compartido junto a ti, la persona más maravillosa del mundo, que superan incluso los del niño que dedica sus días a soñar despierto. Mejor que un juguete enorme por Navidad a los ocho años, mejor que el LSD para una drogadicto, que la botella para un alcohólico, que el libro para el lector entusiasta, el disco nuevo para la fanática loca de Bieber, la película para el amado cinéfilo. Y es que, al fin y al cabo, lo que tú me has regalado durante estos cien días es el amor para el enamorado, una adicción mucho más fuerte que cualquier otra.
Por tanto, eres tú el culpable de mi enfermedad, el que hace que vaya borracho de amor por la vida, obviándolo todo, dejando de lado las banalidades, despreocupándome de cosas simples, sin importancia, dejando de prestar atención a las preocupaciones, siendo feliz a cada segundo, disfrutándolo como si fuese el único. De ese modo, creo que lo más apropiado es agradecerte que me hayas enseñado a centrarme en lo único verdaderamente esencial: el tú y yo, el nosotros.
Y es que tú me has demostrado que ya puede el mundo caerse a mi al rededor, que puede sucederme casi cualquier cosa, que en realidad no va a pasar nada, que voy a seguir siendo yo, siendo feliz. Que me preocupo por cosas tontas cuando puedo llevar una sonrisa dibujada en la boca las veinticuatro horas del día, llevando a cabo la fácil y simple acción de pensar en ti.
Así que he llegado a la conclusión de que no pienso dejar de lado el título de ''persona más feliz de la historia'' porque en mi examen de biología entran dos temas, o porque alguien con una vida cutre y aburrida a la que, al parecer, le importo lo suficiente como para llenar unos segundos de su día a día, ha corrido un nuevo rumor sobre mí.
Por eso, te pido que hagas lo mismo. Eres lo mejor que ha pasado por esta vida desde antes de que se creara, y tú más que nadie se merece una eterna sonrisa. Así que deja de pensar en profesores exagerados, temarios voluminosos y personas rompecorazones, desmelénate, desfásate, vívelo todo, a tope, y sé, junto a mí, la persona más feliz de la historia a cada instante. Sé libre, Juanen. Sé feliz!

TE QUIERO JUANEN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario